September 10, 2025
Colombia impulsa una palma de aceite sostenible con tecnología patentada de Yara que reduce significativamente la emisión de CO₂
Bogotá, septiembre de 2025 – El aceite de palma colombiano avanza hacia un futuro más sostenible y competitivo. Según Fedepalma, en 2024 el 99% de los cultivos se mantuvo libre de deforestación, y 369 palmicultores se certificaron bajo el estándar Aceite de Palma Sostenible de Colombia (APSColombia), reconocido por el sector como referencia para la producción responsable. Con ello, el país alcanzó más de 5.100 productores con Índice de Sostenibilidad (IDS) y logró un crecimiento del 18% en el volumen de aceite certificado bajo este esquema.
Estos avances consolidan a Colombia como referente global en producción responsable, en un contexto donde los consumidores y mercados exigen cada vez mayor trazabilidad y reducción de emisiones.
Sin embargo, mantener este liderazgo implica un reto: producir más y mejor, cuidando al mismo tiempo el medioambiente y los recursos naturales. Para lograrlo, la innovación tecnológica se ha convertido en un aliado estratégico. En este camino, productores y empresas del sector han unido esfuerzos para reducir la huella de carbono y garantizar que cada litro de aceite colombiano cumpla con los más altos estándares internacionales.
Estos testimonios y buenas prácticas serán parte de las conversaciones en la 21ª Conferencia Internacional sobre Palma de Aceite, que se realiza del 23 al 25 de septiembre en Cartagena. Este encuentro reúne a líderes, productores y expertos de todo el mundo para debatir sobre sostenibilidad, competitividad y trazabilidad en la cadena de valor, bajo el lema “Adaptarse y crecer hacia un futuro sostenible en la agroindustria de la palma de aceite”.
En este contexto, Yara compañía global con presencia en Colombia, compartirá cómo la innovación en fertilización puede ser una herramienta clave para enfrentar estos desafíos. La compañía ha introducido fertilizantes de baja huella de carbono y herramientas digitales que optimizan la nutrición de los cultivos de palma. Cada tonelada de estos fertilizantes, producidos con tecnología Low Carbon (Bajos en Huella de Carbono), evita la emisión de 0,52 toneladas de CO₂. Solo en 2024, esto representó una reducción total de 27.716 toneladas de CO₂, equivalente a sacar de circulación aproximadamente más de 8.800 carros durante un año o ahorrar el consumo eléctrico de 5.776 hogares durante un año.
Este impacto es posible gracias a la tecnología de la planta de Cartagena, donde Yara ha implementado procesos de abatimiento que reducen en un 90% las emisiones de Óxido Nitroso (N₂O), uno de los gases de mayor impacto en los Gases de Efecto Invernadero (GEI), siendo casi 300 veces más contaminante que el CO₂. El resultado: fertilizantes con una reducción de hasta 60% menos huella de carbono, como el Grado Palmero, diseñado específicamente para este cultivo estratégico.
El impacto de estas prácticas va más allá del medioambiente. En 2024, la palmicultura generó más de 233.000 empleos, de los cuales 93.000 fueron directos y 86% formales, con una creciente participación de mujeres en procesos de decisión. Esta combinación de sostenibilidad, trazabilidad e inclusión fortalece la reputación de Colombia como proveedor confiable y responsable en los mercados más exigentes.
Con estos avances, la cadena de palma se proyecta hacia un futuro donde innovación y sostenibilidad trabajan juntas. La integración de tecnologías como la desarrollada por Yara y el compromiso de miles de productores demuestran que es posible alcanzar un modelo agrícola que genere prosperidad, reduzca emisiones y posicione a Colombia como líder en aceite de palma sostenible a nivel mundial.