Manejo Nutricional De Su Pradera

Toda labor que se haga en beneficio de la pradera se reflejará siempre en la salud de animal, en la producción y en su bolsillo. Una adecuada Nutrición, es la mejor inversión en el corto plazo para su sistema productivo.

Para nutrir una pradera de manera eficiente y sostenible hay que tener claros los objetivos del hato, algunos de estos podrían ser: lograr la máxima calidad y disponibilidad de forraje, mayor productividad y calidad animal, alto beneficio y bajo costo ambiental; se debe pensar antes de ser ganaderos productores de leche o carne, hay que ser agricultores: productores de excelente forraje.  

La fertilización de la pradera no debe basarse únicamente en aplicaciones nitrogenadas a base de urea, ya que estas deterioran la pradera, la calidad del forraje, la sanidad del animal y la producción final; Debido a esto la pradera debe ser considerada como un cultivo que requiere un manejo agronómico óptimo. De nada sirve la mejor genética animal si alimentamos mal o a un costo muy alto e ineficiente.    

Depende del productor: El objetivo de la producción, las especies forrajeras a nutrir, el número de animales a alimentar, el estado de las especies forrajeras y de los animales, disponibilidad y compromiso de mano de obra, fertilizante aplicado, materias primas, preparación correcta de suelo, corrección de suelos, pastoreo oportuno, tiempos de permanencia y descanso de la pradera, entre muchos otros.

La sostenibilidad y rentabilidad la da el correcto balance entre los siguientes:

Con el fin de sacar el máximo potencial al suelo, tomar decisiones asertivas y reducir el riesgo de la inversión que se hace al comprar y aplicar un fertilizante sugerimos  siempre apoyarse en herramientas de diagnóstico como el análisis de suelos, análisis bromatológicos, aforos, etc.

La toma de muestras para estos diagnósticos debe ser bien realizadas y ser representativa del área de interés de la finca. No se debe delegar esta función a personal no capacitado. Recuerde que ese kilo de muestra de suelo tomada a 25 cm de profundidad representa cerca de 2´500.000 kg de suelo por Ha. 

Igualmente, el análisis de la información recibida del laboratorio debe ser detallada y debe contemplar no solo el contenido químico del suelo, sino también la física del suelo,  su biología y las repercusiones en el animal. Esto define el manejo apropiado del mismo.

En general el 80% de los suelos ganaderos dedicados a la producción lechera, presentan algún grado de compactación y en muchos casos degradación o erosión.

Durante la toma de estas muestras se pueden realizar simultáneamente pequeñas  calicatas de 50 cm ancho x 50 cm de profundidad, esto le permitirá ver posibles  limitaciones por compactación en el desarrollo radicular, la porosidad del suelo, su conductividad hidráulica, oxigenación, materia orgánica, etc.

Esto implica que las raíces de los pastos no profundicen y generen crecimiento horizontal, se deformen y presenten cofias dañadas. Esto trae como consecuencia que la planta pierda la capacidad para tomar agua y nutrientes del suelo, también pierda anclaje, genere acolchonamientos, estolones y tallos con entrenudos muy cortos, baja capacidad para resistir en épocas de estrés por verano y por invierno, baja oferta y calidad forrajera y deterioro de la pradera. Todo esto afecta notablemente la nutrición y salud animal generando detrimentos en la producción final.

Hoy se hace uso excesivo e ineficiente de nitrógeno vía urea, en la fertilización. Este genera muchos inconvenientes como: pérdidas por volatilización de CO₂, NH₃, N₂O fijación y acidificación del suelo, pésimo balance nutricional, bajo volumen radicular,  volcamiento, toxicidad, hojas delgadas, pastos suculentos y muy susceptible al ataque de Fito patógenos, con bajo contenido de Materia seca, aminoácidos y proteínas. 

En la pradera trae como consecuencia el aumento de la respiración y quema de energía, baja fotosíntesis, el agotamiento, lento poder de recuperación, alto costo por unidad de nitrógeno aplicado, mayor contaminación, aumento de lignina y celulosa, reducción en periodos de rotación en épocas de verano. 

El consumo de este tipo de forrajes suculentos hace que el rumen este lleno pero no nutren al animal, y contaminan el ambiente (mayor producción de metano). Todo esto   afecta negativamente la producción del hato lechero.

Una vez acondicionado el suelo, en su parte física, orgánica ajustamos la nutrición de la pradera de acuerdo a  sus niveles de extracción. La pradera requiere de manera balanceada N, P, K, Ca, Mg, S, B, Zn, Cu, Mn, Fe, Mo, Co, Na, además de C.H.O. (Carbono, Hidrogeno, Oxigeno).    

El uso de fertilizantes más completos garantiza una fertilización uniforme, eficiente y rentable. La aplicación Nitrógeno vía Nitrato, normalmente van 7 – 10 más avanzados en desarrollo, que los fertilizados con urea. Debido a la mayor eficiencia los Nitratos se puede lograr 10% - 30% más de materia seca.   Favorecido por el balance y la fácil asimilación de Ca, Mg, K.  que aumentan la calidad nutricional, energética y la cantidad de la materia seca.

Es necesario mantener un correcto balance entre N:S esto favorece el aprovechamiento del N, aumenta la producción de aminoácidos y proteínas, necesarias para los diferentes procesos metabólicos.

También son importantes las   relaciones Ca:Mg:K,  P:Zn,  N:P,  Ca:P,  Ca:B, Mg:N, K:Mg.  Todo esto favorece a un más  la sanidad  de hato   y la  calidad lechera.

Concentracion requerida de nutrientes en pastos kikuyopara maximo crecimientoy requerimiento de nutrientespara una nutrición balanceada de las vacas lecheras :

La Imagen muestra  como manejo adecuado del suelo y  nutrición  balanceada  de la pradera garantiza una excelente calidad de la oferta forrajera,  acumula  energía para una rápida  recuperación y mantiene  una reposición de nutrientes y materia  orgánica óptima.

De la misma forma se debe  tener en cuenta  la demanda  nutricional, energética y composición  mineralógica  de la vaca de leche,  ya  que  mediante un pasto de excelente calidad se busca  suplir sus  necesidades  alimenticias, metabólicas y de producción que se reflejan también  en la composición de la leche.

Idealmente un forraje debería  contener  en promedio más del 16% de Materia Seca, 16 - 18 % de Proteína Cruda, y un  contenido energético de 5,6 MJ de Energía Neta para  la  Lactación por  Kg de Materia seca,  un nivel de digestibilidad superior  al  60%   y una cantidad mediante pastoreo en franjas con un 20% de residuos post-pastoreo y 16 kg como mínimo de Materia Seca de pasto por día.

A continuación se presentan algunas funciones de los  nutrientes en la  planta y la deficiencia  generada  en el bovino, por carencia de estos minerales  en la pradera.